El Servicio Penitenciario de Santa Fe secuestró hoy 50 teléfonos celulares, droga fraccionada y una balanza de precisión en el pabellón 1 de la cárcel de Coronda, que aloja a 198 presos por causas federales, informaron fuentes oficiales.
El director del Servicio Penitenciario santafesino, Gabriel Leegstra, dijo que se trató de “un trabajo de inteligencia que se realizó junto con el subdirector de la Unidad 1 de Coronda, personal de la dirección de control y requisa”.
El resultado de las requisas fue el secuestro de “50 celulares en distintas celdas que pertenecen al pabellón de presos federales, 275 envoltorios con sustancias prohibidas, una balanza de precisión chica, chuzas y otros elementos”, enumeró el funcionario.
La investigación que derivó en la requisa se inició la semana pasada al detectarse llamadas telefónicas originadas en la cárcel ubicada en la localidad de Coronda, explicaron fuentes judiciales.
El rastreo de esa llamadas y otras tareas de inteligencia desembocaron en la requisa del pabellón 1 de la prisión, que está destinado a presos federales por medio de un convenio entre la provincia de Santa Fe y el Gobierno nacional.
Por el secuestro de los teléfonos interviene en el Ministerio Público de la Acusación (MPA), mientras que a raíz de la droga incautada se dio participación a la Justicia Federal de la ciudad de Santa Fe, ampliaron los informantes.
El uso de teléfonos celulares en las cárceles por parte de los internos es un problema que ha ganado lugar en la agenda pública de Santa Fe, a raíz de la repetición de hechos delictivos –fundamentalmente extorsiones a comerciantes y particulares- en la ciudad de Rosario.
Hace diez días, uno de los fiscales de la Unidad de Balaceras del MPA de Rosario, Pablo Socca, se quejó públicamente por las facilidades que poseen algunos reclusos para usar telefonía celular en las cárceles.
“Hay que cambiar la lógica de siempre. Por ejemplo, al preso que está investigado de organizar estos hechos no le va a pasar nada, lo van a seguir visitando y va a seguir teniendo los mismos beneficios que un recluso que se porta bien”, explicó.
Por esa investigación, el fiscal solicitó allanar el 27 de enero pasado el pabellón 11 de la cárcel de Coronda, del que se secuestraron 7 teléfonos móviles.
Los equipos no estaban en manos de los internos sino escondidos en la mochila de un inodoro del baño de celadores del pabellón, por lo que se sospecha que personal del Servicio Penitenciario se los facilitaba a los presos.
Voceros judiciales recordaron que dos celadores que estaban de turno fueron sumariados y se dispuso su pase a disponibilidad, mientras son investigados por el MPA. (Télam)
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