En la misma línea, explicó que no ampliará la movilización "parcial" de efectivos, anunciada hace tres semanas tras el avance de la contraofensiva ucraniana, y precisó que 222.000 hombres fueron movilizados hasta ahora.
El presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que su país no tiene como objetivo "destruir" a Ucrania, aseguró que no prevé "en lo inmediato" nuevos ataques "masivos" en el país vecino, tras los lanzados a inicios de semana en represalia por la destrucción parcial del puente de Crimea, de la que acusa a Kiev, y dio por hecho que Moscú está “haciendo todo bien” en el conflicto.
"En lo inmediato no son necesarios nuevos ataques masivos. Actualmente hay otros objetivos. Por el momento. Ya veremos después", declaró el mandatario ruso en una conferencia de prensa tras una cumbre regional en Kazajistán, tras señalar que su fin no es "destruir Ucrania".
En la misma línea, explicó que no ampliará la movilización "parcial" de efectivos, anunciada hace tres semanas tras el avance de la contraofensiva ucraniana, y precisó que 222.000 hombres fueron movilizados hasta ahora.
"No hay nada más previsto. No se ha recibido ninguna propuesta del Ministerio de Defensa y no veo la necesidad de hacerlo en un futuro previsible", declaró Putin, y agregó que preveía finalizar la movilización "en 15 días".
Pero, además, el mandatario resaltó que Rusia está haciendo "todo bien" en Ucrania.
"No es agradable lo que está sucediendo ahora", admitió. Pero si Rusia no hubiera invadido Ucrania, "hubiéramos estado en la misma situación un poco más tarde, sólo que en condiciones peores para nosotros", agregó.
"Así que lo estamos haciendo todo bien", concluyó.
Más temprano, el Kremlin anunció que reparará antes de julio de 2023 el puente de Crimea, parcialmente destruido en un ataque que atribuye a Kiev, mientras que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, prometió la victoria de su ejército, pese a que los bombardeos rusos persisten en todo el territorio.
El Gobierno ruso "decidió la fecha límite del 1 de julio de 2023 para el final de los contratos del Estado para la ejecución de las obras", señala una orden firmada por el primer ministro Mijail Mishustin, en referencia a los trabajos en ese puente, símbolo de la anexión rusa de la península ucraniana de Crimea y crucial para el suministro de las tropas rusas.
Los servicios de seguridad rusos (FSB) calificaron la explosión del pasado sábado de "ataque terrorista" y afirmaron que fue llevado a cabo por los servicios ucranianos de inteligencia, algo que Kiev no confirmó ni rechazó, recordó la agencia de noticias AFP.
Desde entonces, Rusia reabrió parcialmente el tráfico por carretera y ferrocarril en el puente, aunque sigue siendo limitado debido a los daños sufridos.
Como represalia, Moscú bombardeó varias ciudades de Ucrania el lunes y el martes. Los ataques impactaron, entre otros, sobre las infraestructuras energéticas y provocaron cortes de electricidad y de agua en todo el país.
Las alarmas aéreas volvieron a declararse este viernes en el norte, centro y sur de Ucrania, según reportaron las autoridades de seis provincias en Telegram.
Pese a este contexto, Zelenski volvió a prometer la victoria de sus tropas en un acto por el Día de los Defensores, que se celebra por primera vez desde que Rusia inició su ofensiva hace casi ocho meses.
"El 14 de octubre agradecemos (...) a todos los que lucharon por Ucrania en el pasado y todos los que luchan por ella ahora, los que ganaron en el pasado y los que sin duda ganarán ahora", declaró el mandatario en un video.
Esta determinación fue también expresada por el comandante en jefe del ejército ucraniano, Valery Zalujny, quien agradeció a sus tropas y señaló que habían "frenado la invasión y enterrado el mito de la invencibilidad del ejército ruso".
"Juntos hacia la victoria", sentenció.
Por la fecha, frente a la Catedral de Santa Sofía, en Kiev, se erigieron los retratos de unos 180 soldados que murieron en Mariupol, la ciudad portuaria sitiada durante meses por el ejército ruso antes de caer en mayo.
Si bien el avance de contraofensiva ucraniana en el sur, en la provincia de Jerson, ha empujado a las autoridades instauradas por el Kremlin a pedir la evacuación de los civiles, en el este del país las tropas rusas y prorrusas amenazan con hacerse con Bajmut, que tratan de conquistar desde agosto.
Controlar esta urbe permitiría a Moscú avanzar hacia otras dos ciudades controladas por Kiev en la provincia de Donetsk, Kramatorsk y Sloviansk.
Según Andrei Marochko, representante de las fuerzas separatistas de la vecina provincia de Lugansk, que también luchan en la zona, "hay combates en curso en la localidad" y las tropas ucranianas están siendo empujadas "hacia el noroeste y el oeste de la ciudad".
Esta zona es la única en Ucrania donde las tropas rusas realizan movimientos ofensivos, tras sufrir reveses militares en el resto del país.
En las últimas 24 horas la Fuerza Aérea ucraniana llevó a cabo 25 ataques y causó daños "a más de 19 áreas de concentración de armas y equipamiento, así como a seis sistemas de misiles antiaéreos", señaló el Estado Mayor del Ejército ucraniano, según reportó la agencia de noticias Europa Press.
Los recientes fracasos rusos condujeron a fines de septiembre a Putin a reivindicar la anexión de cuatro provincias ucranianas ocupadas y a ordenar la movilización de cientos de miles de reservistas.
Finalmente, los ataques que sufrió la ciudad rusa de Belgorod, cerca de la frontera, se repitieron hoy con un bombardeo ucraniano que generó un incendio en una subestación eléctrica, según informó el gobernador regional, Vyacheslav Gladkov.
"Una subestación eléctrica se incendió después de un bombardeo en Belgorod", escribió Gladkov en Telegram. Los equipos técnicos necesitarían "hasta cuatro horas" para activar la infraestructura de respaldo y restablecer la energía en la zona, agregó.
Un inmueble residencial y un depósito de municiones fueron bombardeados ayer en Belgorod, aunque las las autoridades regionales y Kiev cruzaron acusaciones sobre la autoría de los ataques.
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