El ministro de Economía, Sergio Massa, anunció hoy el ahorro de US$ 2.100 millones en la compra de gas natural licuado (GNL) para 2023, “el último año en que Argentina tendrá que hacer importaciones” de ese combustible.
Massa realizó el anuncio esta tarde en el Microcine del Palacio de Hacienda, acompañado por la secretaria de Energía, Flavia Royon; y el presidente de Energía Argentina (Enarsa), Agustín Gerez.
El ministro de Economía señaló que el año pasado, “uno de los daños que sufrió la economía argentina fue por el efecto de la guerra (entre Rusia y Ucrania) que impactó en el precio de la importación de los barcos de gas licuado (GNL) que inyectan a nuestra matriz energética”.
Para el año en curso “los gastos presupuestados originalmente para importación de GNL eran de US$ 3.465 millones a US$ 55 el millón de BTU. Sin embargo, el impacto de la volatilidad del precio internacional de GNL abrió una ventana de oportunidad para Argentina”, señaló Massa.
En este marco, “se decidió anticipar la compra de GNL que permitió bajar el precio a US$ 20,8 el millón de BTU, a través de un proceso licitatorio, en tres bloques, con participación de nueve empresas internacionales” en cada uno de estos segmentos, completó Massa.
“De esta manera, los US$ 3.465 millones que Argentina iba a gastar se reducen a US$ 1.313 millones, generando, por un lado, un ahorro de salida de divisas para la Argentina de más de US$ 2.100 millones, y por el otro, un ahorro fiscal de más de $500.000 millones”, detalló el ministro.
Además, el pago de los US$ 1.313 millones se realizará “en cuotas fijas y planas” eludiendo cualquier tipo de suba por factor estacional, remarcó Massa.
El ministro dijo que esto también “nos bajará el costo para la generación eléctrica” de aquellas plantas que requieren de GNL para operar.
Todo ese ahorro “impactará en el bolsillo de los ciudadanos y brindará certidumbre para el funcionamiento de la industria, al garantizar niveles de producción y abastecimiento federal a un precio mejor del planificado”, afirmó el funcionario.
A este menor nivel de gasto “se le sumará los US$ 1.700 millones que se van a producir a partir de julio de este año con la finalización del primer tramo del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner", que transportará el gas generado en Vaca Muerta al centro y sur de la región pampeana.
La puesta en marcha de ese tramo del gasoducto, más otros dos previstos para 2023, harán que “éste sea el último año en que Argentina tiene que hacer importaciones” de GNL, aseguró el ministro .
Massa también ponderó que este ahorro de US$2.100 millones esta “en la línea de garantizar orden fiscal y cuidado de las reservas”.
Por eso con estas importaciones de GNL se va a lograr “más de US$ 2.100 millones de ahorro, y otros más de $ 500.000 millones en las cuentas públicas”.
“Tener sentido de oportunidad y usar bien los recursos hace a la buena gestión del Estado y le da certidumbre a todos los ciudadanos”, destacó Massa.
“Es una gran noticia para las cuentas públicas, para el cuidado de sus reservas, y sobre todo para garantizar la matriz energética de funcionamiento de la economía Argentina”, concluyó el funcionario.
En base a cálculos oficiales, la guerra en Ucrania le significó al país un sobre costo de US$ 5.000 millones, debido a que la suba en los precios internacionales del sector energético, los fertilizantes y los fletes.
"La guerra viene teniendo un costo muy alto para los países del hemisferio sur, a la Argentina ya le costó US$ 5.000 millones y no hay ámbito global donde se esté discutiendo este tema", dijo el ministro Massa a fines del año pasado antes de partir con destino a Bali, Indonesia, para participar de la Cumbre del G20.
Allí, el titular del Palacio de Hacienda planteó esta situación ante la directora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, y el titular del Banco Mundial (BM), David Malpass.
Según documentos de trabajo oficiales, las importaciones de combustibles sumaron alrededor de US$ 5.800 millones el año pasado, contra los US$ 2.000 millones proyectados antes del inicio de la guerra, lo que resultó en un incremento neto de US$ 3.800 millones.
A esto se sumó que, a raíz de los cuellos de botella posteriores a la pandemia de coronavirus y de los inconvenientes propios que surgen en medio de una guerra de semejante magnitud, el costo internacional del flete marítimo aumentó un 62% en comparación con la campaña 2020-2021, lo que representa un costo extra de US$ 1.850 millones para las exportaciones y de US$ 1.217 millones en 2022 para las importaciones, según estimaciones de la Bolsa de Cereales de Rosario.
(Télam)
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