El plan establece que cada país debe "hacer todo lo posible" para reducir su consumo nacional de gas en "al menos un 15%" entre agosto de 2022 y marzo de 2023.
La Unión Europea (UE) pidió este miércoles a sus países reducir su demanda de gas en un 15% durante los próximos ocho meses, en el marco de un plan energético que busca garantizar el funcionamiento de la industria en caso de un corte total del suministro por parte de Rusia en represalia por la respuesta de la UE a la invasión de Ucrania.
"Rusia nos está chantajeando, utilizando el gas como arma. Y si alguna vez hay una interrupción importante o incluso una interrupción total del suministro de gas (ruso), Europa tendrá que estar preparada", dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien pidió al bloque que se prepare para un eventual corte total.
El plan desvelado por la CE establece que cada país debe "hacer todo lo posible" para reducir su consumo nacional de gas en "al menos un 15%" entre agosto de 2022 y marzo de 2023, inicialmente de modo voluntario, aunque se buscan también mecanismos que permitan imponer reducciones obligatorias, informó la agencia de noticias AFP.
Los Estados de la UE discutirán el tema en una reunión de emergencia de los ministros de Energía el próximo martes.
La propuesta llega en un momento en que el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que el cierre parcial de las entregas de gas por parte de Rusia ya está afectando el crecimiento europeo, por lo que "un cierre total podría ser sustancialmente más severo".
Según el documento publicado en el blog de organismo, el producto interno bruto en países miembros como Hungría, Eslovaquia y la República Checa "podría reducirse hasta en un 6%".
En Alemania, ejemplifica el FMI en su informe., una interrupción del suministro de gas ruso en Europa reduciría el valor del Producto Interno Bruto (PIB) "un 1,5% en 2022, un 2,7% en 2023 y un 0,4% en 2024", en comparación con un escenario en que Alemania continuara recibiendo gas ruso.
Paralelamente, el Business Europe, la organización que representa al empresariado europeo advirtió hoy que cualquier decisión de frenar la actividad económica para reducir el uso del gas ruso tendría "efectos desastrosos", según señaló su director general, Markus Beyrer, tras el anuncio de la CE de su plan para reducir el consumo.
Esta reducción "debe considerarse solo como una opción de último recurso", añadió la organización en un breve comunicado.
En Francia, en tanto, el Gobierno se sumó al pedido de la CE y llamó a los ciudadanos a realizar "pequeños gestos", como desenchufar el mayor número de aparatos y apagar las luces a quienes viajen de fin de semana o de vacaciones, para ahorrar energía de cara a un eventual corte del suministro de gas ruso en el otoño boreal.
"Pedimos un esfuerzo a los ciudadanos (...) Cada energía que somos capaces de ahorrar ahora es energía de la que podremos disponer en el próximo otoño e invierno", dijo el portavoz del gobierno, Olivier Véran, en rueda de prensa.
Francia, al igual que el resto de países de la Unión Europea (UE), se prepara para pasar un invierno sin el gas ruso, que hasta el año pasado constituía el 40% de sus importaciones y es clave para la calefacción de ciertos edificios.
Los pronósticos económicos de la UE la semana pasada mostraron que se espera que la guerra de Rusia en Ucrania cause estragos en la recuperación económica en el corto plazo, en un contexto caracterizado por un menor crecimiento anual y una inflación récord, y desencadene una recesión en el bloque, en momentos en que se está recuperando de una depresión inducida por la pandemia de coronavirus.
La guerra iniciada por Rusia en Ucrania empujó a la UE, además de otras potencias occidentales, a implementar un paquete inédito de sanciones contra Moscú, cuyo objetivo es asfixiar su economía.
La UE aprobó prohibiciones sobre el carbón ruso y la mayor parte del petróleo que entrarán en vigencia a finales de este año, pero no incluyó el gas natural porque el bloque de 27 naciones depende del suministro de gas su complejo industrial, generar electricidad y calentar hogares.
Ahora, el bloque teme que Rusia corte el gas para intentar causar estragos económicos y políticos en Europa este invierno.
Rusia ya cortó o redujo el suministro de gas a algunos países de la UE, y se teme que la crisis energética empeore si Moscú no reinicia el jueves un oleoducto clave a Alemania después de que finalice el mantenimiento programado.
Alemania volvió a acusar a Rusia de invocar como "pretexto" la ausencia de una turbina del gasoducto Nord Stream para justificar la reducción de suministro de gas a Europa, que podría prolongarse e, incluso, agravarse en los próximos días.
"Se trata de una turbina de sustitución que estaba destinada a ser utilizada en septiembre; según nuestras informaciones, es un pretexto y estamos haciendo todo lo posible para eliminar el pretexto", declaró a la prensa en Berlín un vocero del Ministerio de Economía y del Clima.
Gazprom aseguró recientemente que no puede garantizar la reanudación del suministro a Europa a través de este gasoducto, que se halla en mantenimiento hasta el jueves por la mañana.
Por este contexto de indefinición sobre el futuro suministro, las naciones que integran el bloque se han embarcado en una ola de compras que permitan diversificar sus fuentes de gas natural fuera de Rusia, pero se teme que no alcancen a proporcionar suficiente energía a las empresas y los hogares en los meses fríos que se avecinan.
El debate energético en la UE trajo algunos cortocircuitos en el seno del bloque.
La semana pasada, el primer ministro de Hungría, Viktor Orban, criticó la política de sanciones contra Rusia y afirmó que Bruselas está haciendo más daño a la economía de los países europeos que a Moscú.
El tema arde en un bloque que aunque pudo centralizar políticas monetarias, comerciales, antimonopolio y agrícolas, aún no lo logra en asuntos energéticos, conde las capitales nacionales mantienen su autonomía.
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