El Índice de Precios al Consumidor (IPC) en Estados Unidos sigue moderándose y registró una tasa interanual del 6,5% en diciembre, seis décimas menos que el mes precedente, mientras que en la variación mensual hubo una deflación de 0,1%, anunció hoy la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) dependiente del Departamento del Trabajo
De esta forma, la inflación anual se ubica en mínimos desde octubre de 2021 aunque sigue más que triplicando la meta de la Reserva Federal (FED) del 2%.
Se trata del sexto mes consecutivo de baja tras el pico de 9% anual en junio - el mayor IPC de los últimos 40 años-, el cual fue alimentado por el desajuste entre la oferta y la demanda en la economía estadounidense y las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania.
En el caso del índice mensual, fue la primera vez que se registró un descenso en el IPC en dos años y medio.
La caída de los últimos índices viene de la mano del descenso de los valores de algunos commodities, y la mejora de la situación de las cadenas de suministro.
A esto se suma la política monetaria ejercida por la Reserva Federal (FED) con siete aumentos de tasas en 2022 que las llevaron de un rango de 0%-0,25% en marzo a uno de 4,25%-4,50% en diciembre pasado, un endurecimiento cuya rapidez no se observaba desde hace años.
Los datos de hoy cumplieron con las expectativas de los economistas, según la agencia Bloomberg.
El IPC núcleo - seguido de cerca al excluir los valores volátiles de los alimentos y la energía- totalizó 5,7% anual frente al 6% de noviembre en su menor registro desde diciembre de 2021, mientras que el índice mensual fue del 0,3%, una décima más que en noviembre.
La caída de los valores de la nafta compensó la suba de otros componentes, al bajar 9,4% anual y 1,5% mensual.
La energía –que engloba tanto la nafta como otros productos y servicios - presentó una suba del 7,3% anual y una merma del 4,5% mensual, en tanto, los alimentos subieron 0,3% mensual y 10,4% anual, superando aún al índice general de precios.
En todos estos casos, el índice anual fue menor al registrado en noviembre.
Entre los demás componentes, presentó alzas el alojamiento y alquileres (+0,8% mensual) cuya suba representó más de la mitad del índice núcleo.
Otros rubros con subas respecto de noviembre fueron los seguros de autos (+0,6%), indumentaria (+0,5%), muebles de hogar (+0,3%) y recreación (+0,2%).
Mientras tanto, cayeron nuevamente los precios de los autos y camiones usados (-2,5% mensual) y pasajes de avión (-3,1%).
Los datos de hoy ratifican la moderación de la inflación y ponen bajo la lupa las próximas decisiones que hará la FED respecto de su política monetaria.
Tras realizar una suba de 50 puntos porcentuales en diciembre –la primera tras tres consecutivas de 75 puntos-, ahora el mercado especula, con la baja de la inflación, que modere aún más estas alzas en las tasas.
El consenso entre los economistas es que la FED hará dos subas más de 25 puntos en febrero y en marzo.
Esta postura es sostenida incluso por los propios funcionarios de la Reserva Federal: el presidente de la FED de Philadelphia, Patrick Harkere afirmó hoy, poco después de publicarse el reporte, que se debería avanzar con subas de un cuarto de punto.
Una vez realizadas estas subas de menor envergadura, los funcionarios de la entidad enfatizaron en diversas oportunidades que mantendrán las tasas en un nivel alto por un tiempo, por al menos lo que quede del año.
Sin embargo, los inversores más optimistas en el mercado especulan que los recortes de tasas comenzarán para fines de este año, frente a una recesión económica que creen inevitable.
La idea de la FED es mantener la cautela y asegurarse que el descenso de la inflación no cambie su curso.
Hay dos motivos para ese punto de vista: el consumo en Estados Unidos sigue fuerte, especialmente en los servicios; al igual que el empleo, con una tasa de desocupación en mínimos de cinco décadas y un desequilibrio entre la oferta y la demanda de puestos.
En un reporte separado publicado hoy, los salarios horarios aumentaron 0,4% mensual –la mayor suba en cinco meses- aunque cayeron 1,7% respecto de hace un año.
En ambos casos, esto se puede traducir en presiones a los precios y, por tanto, a la inflación.
(Télam)
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