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"El acuerdo es histórico": el G20 aprobó la renegociación de deuda para países más pobres

China financió importantes proyectos de infraestructura en países en vías de desarrollo por lo que se mantuvo en contra de las posibles condonaciones de deudas.


El grupo de 20 naciones más desarrolladas del planeta (G20) aprobó hoy un programa para reestructurar la deuda de docenas de países pobres afectados por la pandemia del coronavirus.



El programa fija las reglas comunes para todos los miembros del club para reducir o refinanciar la deuda de esos países, aunque el examen se hará "caso por caso".


La suspensión de pagos de la deuda externa a los países del G20 ya fue prorrogada el mes pasado, por un periodo de seis meses.


El Banco Mundial y las organizaciones que reclaman por la abolición total de la deuda habían reclamado una suspensión de un año.


En una reunión telemática, los ministros de Finanzas del G20, presidido actualmente por Arabia Saudita, precisaron que "en principio, el examen de la deuda [de cada país] no significará una condonación o cancelación".


"Si la cancelación de la deuda es necesaria, en los casos más difíciles (...) cada acreedor participante llevará a cabo sus procedimientos internos de aprobación, sin dejar de informar de ello a los demás acreedores", explicó el texto.


En total 73 países forman parte de la iniciativa de suspensión de la deuda del G20, de los cuales 38 son países africanos.


China es el principal protagonista de este acuerdo, ya que ha financiado importantes proyectos de infraestructura en países en vías de desarrollo.


El gigante asiático se resistía a condonar totalmente las deudas de esos países pobres.


El acuerdo es "histórico", explicó el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire.


"Por primera vez todos los principales acreedores, miembros o no del Club de París, coordinarán su examen de la deuda de los países pobres", explicó.


"Esto traerá más transparencia al proceso e involucrará a los acreedores privados", aseguró.


"Este anuncio se queda corto ante lo que se necesita para frenar la oleada de crisis de la deuda en los países más pobres", reaccionó Tim Jones, de la ONG británica Jubilee Debt Campaign.


El Banco Mundial informó el mes pasado que la deuda de esos 73 países creció un 9,5% en un año, hasta totalizar 744.000 millones de dólares.


El ministro de Economía, Martín Guzmán, ratificó el apoyo del Gobierno argentino a la iniciativa de suspender el pago de los servicios de deuda para los países de bajos ingresos.


"Como parte de lo que enfrentamos, vemos que muchos países atravesarán procesos de reestructuración de la deuda en el futuro cercano, por lo que respaldamos y apoyamos plenamente la suspensión del servicio de la deuda (DSS)I. Argentina cree que jugará un papel positivo", indicó el ministro Guzmán a través de un comunicado.


En ese contexto, el ministro Guzmán reiteró que las Cláusulas de Acción Colectiva (CACs) "funcionaron de manera positiva" en el reciente proceso de reestructuración argentino, aunque sostuvo que no son suficientes y se requieren soluciones multilaterales para mejorar estos procesos.


"Las CACs jugaron un papel importante. Muchos analistas consideran que serían suficientes y que Argentina fue prueba de ello, nosotros no creemos que sea así: si bien las CACs ayudaron, pensamos que hay margen para mejorar el marco de reestructuración de la deuda soberana", expresó Guzmán.


El ministro también reiteró "el rol positivo que jugó el FMI" en el proceso de reestructuración de la deuda encarado por el actual Gobierno argentino, "especialmente al realizar un análisis de sostenibilidad de la deuda que sirvió de ancla para las discusiones y negociaciones entre el deudor soberano y los acreedores".


"Vemos la necesidad de mejorar los marcos; en primer lugar, es fundamental que los acreedores tomen en serio las limitaciones de sostenibilidad de la deuda, y que el análisis de sostenibilidad de la deuda se base en supuestos sólidos y serios", subrayó el ministro Guzmán.

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