Los responsables de los comercios fueron imputados por infracción a la Ley de fauna y silvestre y por ejercicio de actividad sin habilitación
Fuente: Infobae
Una serie de inspecciones concluyeron con cinco locales clausurados en la Ciudad de Buenos Aires porque se dedicaban a la cría y el comercio ilegal de especies marinas. Según le informaron fuentes policiales a Infobae, durante el procedimiento se secuestraron más de mil corales cuyo valor en el mercado en negro es de $400 millones.
Los responsables de los comercios fueron imputados por infracción a la Ley de fauna y silvestre y ejercicio de actividad sin habilitación. Para tener una referencia, en acuarios bonaerense se consiguen corales desde 5.000 hasta 550.000 pesos. Los más vendidos, por caso, se cotizan de 50.000 a $400 mil.
Todo surgió en el marco de una investigación de la Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental (UFEMA), en la que se descubrió que los negocios que se clausuraron en las últimas horas simulaban ser acuarios. Bajo esta fachada, operaban ilegalmente.
Las inspecciones estuvieron a cargo del Cuerpo de Investigaciones Judiciales (CIJ) del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad y fueron llevadas a cabo junto al Departamento de Delitos Ambientales de la PFA.
Así, durante los controles, se encontraron diversos animales: corales, estrellas de mar y peces cartilaginosos protegidos como las rayas, detallaron las fuentes.
Las especies fueron reconocidas por los biólogos del Departamento de Delitos Ambientales que integraron el procedimiento, la Dirección General de Control Ambiental (DGCONTA) y otros organismos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
A su vez, secuestraron más de 1200 corales de diversas especies. Según la información aportada por las fuentes, se estima que su valor en el mercado negro ronda los 400 millones de pesos.
De inmediato, advirtieron que en los cinco locales se estaba infringiendo la normativa de fauna silvestre (expuesta en la Ley Nacional 22.421) además de que no contaban con la documentación que avalara la tenencia legal de los animales, que están expresamente protegidos por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES).
Es más, la cría de estas especies está expresamente prohibida en la Ciudad. Por estos motivos, posteriormente, se labraron actas y se procedió a clausurar los cinco locales implicados.
Finalmente, el fiscal Carlos Rolero Santurián, quien está a cargo de la UFEMA, imputó a los cinco responsables de los negocios por infracción a la Ley de fauna silvestre y por ejercicio de actividad sin habilitación.
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